Un estudio realizado por Carlos Rodríguez Solera, presenta testimonios de 100 niñas, niños y adolescentes migrantes de Baja California, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Sinaloa y Sonora. En estos estados en particular, la situación educativa de las y los hijos de trabajadores agrícolas varía de un lugar a otro y, aunque intervienen muchos factores, en el norte los migrantes experimentan el desarrollo de la agricultura y trabajan en el sector formal, en cambio, en el centro laboran en condiciones informales para pequeños ejidatarios.
En Baja California, Sinaloa y Sonora el estudio documenta la vida de hijas e hijos de jornaleros que trabajan para grandes productores. Mientras que en Hidalgo, Morelos y el Estado de México entrevista a niñas, niños y jóvenes de familias que laboraban para pequeños agricultores.
Un aspecto fundamental es el tipo de productores con los que trabajan los migrantes: en las entidades donde predominan grandes productores, por lo general dedicados a la exportación, las familias migrantes llegan a viviendas suministradas por las empresas.
En esos sitios, los jornaleros viven las ventajas y desventajas de trabajar para grandes agroempresas. Deben someterse a una fuerte disciplina laboral, a tener altos niveles de productividad, a respetar estrictos protocolos de higiene y a trabajar solo algunos meses, debido al carácter estacional de las labores agrícolas; a cambio, las empresas suministran escuelas y contratan docentes, al tiempo que hay más restricciones para emplear a menores de edad.
Por el contrario, los estados donde los migrantes son contratados por pequeños productores ejidales tienen condiciones completamente distintas. En ese caso, trabajan para cada productor durante periodos muy cortos (por lo general menos de una semana); los pequeños productores no están en condiciones de ofrecerles techo ni instalaciones escolares, por lo cual los migrantes rentan pequeñas casas o cuartos, y cuando hay escuela esta es suministrada por el gobierno.
A diferencia de las grandes empresas, donde los jornaleros son empleados de la compañía, en las pequeñas parcelas contratan a un capitán, quien lleva a trabajar a toda una cuadrilla en la cual, además de los jornaleros, incluyen a sus esposas e hijos.
Al ser cuestionado sobre la contratación infantil en los campos, uno de los productores ejidales dijo que él contrataba al capitán y este a los jornaleros, quienes, a su vez, llevan a sus hijas e hijos al campo para que les ayudaran. Así, se diluye la responsabilidad por el trabajo infantil, pues no es claro quién violenta las normas y la ley que prohíbe el trabajo de niñas y niños.
Las niñas y niños que lograron estudiar siendo migrantes no lo hicieron gracias a una intervención externa; por ejemplo, una política pública o un programa bien diseñado que tomara en cuenta sus características socioeconómicas y culturales y les brindara apoyos que atendieran sus necesidades específicas.
Estas niñas y niños ingresaron y permanecieron en la escuela gracias a una combinación de factores positivos, tanto de índole material como subjetiva. Entre los aspectos materiales, el estudio identificó el ingreso familiar y la forma en que migran las familias. Quienes concluían la escuela le daban prioridad a la asistencia a clases, solo trabajaban en vacaciones o en horarios que no interrumpieron su permanencia en la escuela, y lo hicieron porque la familia podía “darse el lujo” de que el niño o niña no trabajara.
El estudio es relevante ya que se enfoca en los itinerarios migratorios, laborales y escolares, las formas en que se entrelazan y se afectan mutuamente y, en particular, trata de identificar mecanismos sociales que expliquen por qué unos siguen la trayectoria de abandono escolar, mientras que otras niñas, niños y jóvenes logran sortear ese destino y culminar con éxito sus estudios.
Si deseas conocer más sobre los flujos migratorios y cómo estos inciden en la educación de las y los hijos de trabajadores agrícolas, te invitamos a leer Entre la escuela y el surco: la experiencia de niñas y niños migrantes a partir de sus relatos de vida.